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Castillos en el aire

Momentos

Esta tarde he vivido un momento completamente orgásmico.
Estaba sentada en una de esas mesas de área recreativa, mientras el sol me daba directamente en la cara (ya no pegaba mucho, eran las 7 de la tarde) y una brisa suave soplaba por detrás de mí. No se oía nada más que el susurro de las hojas de los árboles y algún que otro pájaro. No había nada. Me hubiera quedado así cientos de horas.

Estoy pasando una época de mi vida que no me gusta demasiado. Tengo que tomar muchas decisiones y creo que últimamente no hago casi nada bien. Me lo tomo todo demasiado a pecho y me siento fatal por todas las estupideces que me suceden.
Además, me da la sensación de que cuando yo estoy así, todo a mi alrededor va de puta madre y a todo el mundo le sonríe la vida.

Odio que todo el mundo espere cosas de mi. No me gusta que se crean con derecho a darme consejos; Y lo que es mucho peor: no puedo evitarlo, últimamente me molesta que mis amigas me cuenten lo bien que les va la vida y lo mucho que se divierten y que todo es maravilloso; sé que no está bien por mi parte y me fastidia muchísimo sentir esto. Soy una egoísta y una envidiosa, lo sé, lo sé, lo sé.

Es en días como estos en los que una tontería cualquiera (que suene el teléfono cuando no me apetece hablar con nadie, que se me caiga algo de las manos, que se me acaben las pilas del discman...), puede conseguir que me pase todo el día sintiéndome parte del sofá y llorando como una magdalena.

Pero son los momentos como el de esta tarde los que hacen que levantes el culo y quieras más que nunca a la gente que tienes alrededor.

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